lunes, 10 de marzo de 2008

Necesitaba consignarlo, fue increible... La Bestia demolió Santiago...!!!!!

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Nota de Rockaxis :

Iron Maiden[Somewhere forward in future]
Domingo 9 de marzo de 2008 Pista Atlética del Estadio Nacional

Esperado por meses, años e incluso décadas por los fans más old school de la Doncella y con el concierto totalmente agotado con 50 días de anticipación, Iron Maiden pasó por Chile como un huracán, desplegando en dos horas memorables de show un repertorio que vale su peso en oro puro. Claro, porque anoche escuchamos lisa y llanamente, mucha de la major música jamás compuesta por la banda en sus 30 años de carrera, clásicos indelebles que han superado con éxito el test del tiempo y se han convertido en himnos del soundtrack de vida de tres generaciones de fans.
Desde temprano, los 30 mil fans que repletaron el poco cómodo recinto, esperaban ansiosos la acción. Varios padres treintones con niños de seis y siete años sobre sus hombros llamaron la atención de todo el mundo, en una clara muestra de la pasión que el heavy metal, y específicamente Iron Maiden, desata en la gente, algo que se traspasa de generación en generación. Maiden es un legado, algo que se comparte con orgullo, el mismo legado y orgullo que debe sentir Steve Harris cuando ve a su hija Lauren parada sobre un escenario. De todas formas, la chica de 23 años, además de lo obvio de su hermosura y sex appeal, exhibió carisma y unos ovarios gigantes para pararse delante de un público multitudinario y no hacer un papelón. Su rock ‘ n roll callejero, simple y directo, sirvió para amenizar la espera y el público la escuchó con respeto y alegría, aunque necesita lo más importante: buenas canciones, algo de lo que adoleció su set de 30 minutos, donde todos los temas parecían iguales.
Gracias al concepto de aldea global que significa Internet, el show de Maiden ofrecía pocas sorpresas, ya de antemano se conocían los temas que la banda venía tocando, pero aún así la emoción era enorme. Como es tradicional, ‘Doctor, doctor’ de UFO daba el aviso que el show ya se venía y luego proyectaron un video con imágenes de los shows previos de la gira que arrancó el 1º de febrero en Mumbai, India, donde las tres pantallas gigantes de video mustran la pasión y locura que desata Maiden en todo el mundo, y es increíble comprobar que a 30 años de iniciada su impecable carrera, la banda esté gozando en estos momentos de su peak en popularidad y éxito, sitiándola como la banda más grande e importante de metal del mundo en estos momentos.
En el aspecto técnico el show fue simplemente impecable. Unas luces buenísmas y ¡por fin! un sonido de primera que acompañó todo el show desde el inicio mismo. La escenografía lucía espectacular, aunque sólo eran diferentes telones que iban cambiando, nada muy producido aunque esperaba ver algún detalle espectacular como el tanque mecánico gigante en el que entraba Eddie en la anterior gira de “AMOLAD”, pero lo anterior sólo era un aderezo faltante que no empañó en nada un maravilloso concierto.
En la performance individual y grupal, como siempre el sexteto demostró un nivel granítico, de una solvencia superlativa, pero el buen sonido además permitió disfrutar con lujo de detalles todos los matices sonoros, donde la dupla Smith/Murrray estuvo descollante, sobre todo Smith con su estilo pulcro, prolijo, inspirado y un buen gusto y elegancia para regalar, realmente tocó increíble. Harris como siempre comandando el aspecto instrumental, con sus notas profundas y sus constantes galopes que invitan al headbanging, corriendo por todo el escenario, cubriendo cada rincón; el querido Nicko McBrain vitoreado por la gente, no falló un sólo golpe en toda la noche y su técnica de aporrear los parches sigue siendo única.
Bruce Dickinson, el INMENSO Bruce Dickinson, demostró una vez más que no sólo es uno de los mejores vocalistas en la historia del heavy metal, sino también es uno de los mejores frontman de la historia, como gestualiza, como seduce a la audiencia, como maneja al público, y por supuesto cómo canta. Comenzó un poquito apretado en el primer tema, pero rápidamente su garganta encontró el punto y nos comenzó a maravillar una y otra vez con la potencia de su voz. Su rostro lucía algo cansado, pero eso no impidió que corriera por el escenario de arriba abajo, dándolo absolutamente todo en su interpretación. Janick Gers es el único integrante que aún genera alguna resistencia en la fanaticada más purista. Algunos reclaman que su estilo “ensucia” la prolijidad de la dupla Smith/Murray, pero creo que particularmente en ‘Heaven can’t wait’ hizo un gran solo. Como sea, en el vocabulario del “jefe” Harris los conceptos de lealtad, compromiso y entrega tienen un valor altísimo y eso fue el premio para Gers por apuntalar a la banda en sus años más oscuros y difíciles de mediados de los 90’s, por eso el tipo se ganó su derecho de estar ahora ahí, en la horas más felices de Iron Maiden.
Desde el comienzo con ‘Aces high’ hasta el final con ‘Hallowed be thy name’ el show se fue como por un tubo, dos horas que se pasaron volando y que nunca se hicieron lentas o aburridas; la intensidad nunca decayó y la euforia tampoco, porque fue un concierto perfecto, redondo, excelente, donde sentí que las canciones que no forman parte del set regular de la banda, fueron las más festejadas, como la propia ‘Aces high’, ‘Revelations’, ‘Wasted years’ (simplemente soberbia), ‘Powerslave’ o ‘Run to the hills’, anotándose un gran climax en la magistral y monstrousa interpretación de ‘Rime of the ancient mariner’, el tema más extenso, épico, poderosamente progresivo, jamás compuesto por Maiden, el que fue introducido por una bonita metáfora de Dickinson entre el cóndor de los Andes y el albatros de los mares, simplemente pensaba que nunca tendría la oportunidad de ver y escuchar esta magistral pieza en vivo.
‘Heaven can’t wait’ fue el momento para que entraran los fans a cantar y ‘Iron Maiden’ el momento para que entrara Eddie y sus tres metros de altura vestido como el cyborg de la portada de “Somewhere in time”, inspirada en la película “Blade Runner” de Ridley Scott. Un poco antes, la banda había tocado ‘Fear of the dark’, y aunque se supone que en esta gira solo tocarían temas hasta el “Seventh son” del ’88, tras ver la reacción aplastante del público, es fácil comprender por qué la banda la incorporó en el setlist.
Tras una breve pausa, llegó otro de los grandes momentos de la noche, apareció el telón con Eddie caricaturizado como el hechicero alquimista y clarividente de “Seventh son” y el grupó descargó una brutal versión de ‘Moonchild’ y sus letras inspiradas en Aleister Crowley (el mismo que inspiró el clásico “Mr. Crowley” de Ozzy); acto seguido cayó una pletórica ‘The Clairvoyant’ y por unos minutos fue como retroceder dos décadas en el tiempo y estar siendo parte del video “Maiden England”, fue simplemente increíble. El único fallo técnico de la noche se produjo justo al comienzo de “Moonchild” cuando la guitarra electroacústica Ovation se acopló y no sonaba. Dickinson y Murray intentaron dos veces hacer la introducción del tema, pero la guitarra siempre falló. Así que con humor, tablas y profesionalismo, el grupo hizo la introducción a capella, con todo el estadio recitando esas líneas de “Seven deadly sins, seven ways to win, seven holy paths to hell and your trip begins, seven downward slopes, seven bloodied hopes, seven are you burning fires, seven your desires…”, simplemente apoteósico.
Pero todo lo bueno tiene un gran final y este llegó de la mano de “Hallowed be thy name” con un Dickinson rompiéndola por enésima vez en la noche. En uno de sus discursos, Bruce prometió que volverían y que ahí iban a tocar en el Estadio Nacional, en algo que no sólo son palabras de buena crianza, porque el plan del grupo es lanzar su disco número 15 de estudio en julio de 2009 y comenzar la gira mundial en Sudamérica en septiembre de 2009. Sin duda fue una noche magnífica, memorable, simplemente gloriosa donde todo el mundo se fue con la sensación de haber asistido a un momento histórico e irrepetible, de esta forma, con un gran show, con todos los temas de la época del peak creativo composicional de la banda y un sonido de lujo, se pagaron años de frustraciones de las abortadas visitas del 92’ y 98’ y del mal sonido del 01’ y 04’.
De regreso a casa en el auto iba escuchando la radio Futuro que le dio una inmensa cobertura al show, transmitiéndolo en directo, y luego tenía línea telefónica abierta con Carlos Costas y ahí pude escuchar opiniones de los fans y hubo una que se me quedó grabada, alguien dijo. “yo ya no era fan de Maiden, pero después de ver este show me volví a hacer fanático” y es que Maiden más que recrear la nostalgia de una época gloriosa, es una banda que demostró que aún sigue teniendo proyección, que aún puede crecer más y más, que tiene cuerda para rato y que ya están pensando en su nuevo disco de estudio, por lo que es muy, pero muy probable que nos volvamos a encontrar a la Doncella en algún lugar en el futuro.

Cristián Pavez

SETLIST:
01. Intro - Churchill's Speech
02. Aces High
03. 2 Minutes to Midnight
04. Revelations
05. The Trooper
06. Wasted Years
07. The Number of the Beast
08. Run to the Hills
09. Rime of the Ancient Mariner
10. Powerslave
11. Heaven Can Wait
12. Can I Play With Madness?
13. Fear of the Dark
14. Iron Maiden
15. Moonchild
16. The Clairvoyant
17. Hallowed Be Thy Name

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